El guitarrista renuncia a los cameos de famosos para reagrupar a su banda de Woodstock
Santana IV es un título audaz para este déjà vu. El disco reúne a la mayoría de los integrantes del Santana de Woodstock en el 69 (el guitarrista fundador Carlos Santana, el baterista Michael Shrieve, el cantante y tecladista Gregg Rolie y el percusionista Michael Carabello) con el guitarrista Neal Schon, un adolescente prodigio cuando se sumó para su tercer LP, Santana III, de 1971. Este disco retoma con fuerza aquel avance conguero en el territorio del soul y del jazz, que se había interrumpido con la implosión del grupo. "Love Makes the World Go Round", con Ronald Isley como cantante invitado, revive la intensidad de fiesta callejera de "Everybody's Everything", del LP del 71; y la regresión instrumental de "Fillmore East" es un despegue vintage rotundo.
Schon, quien renunció a Santana en 1973 para lanzar Journey con Rolie, es un complemento maduro para el guitarrista veterano. Pero el placer principal viene de la oportunidad de escuchar tantos solos del propio Santana, sin las distracciones de sus duetos con celebridades. Las composiciones se apoyan en ánimos y grooves familiares. Pero es una nostalgia con onda, una reunión como confesión. La de Santana IV es probablemente la mejor alineación de Santana, y nos recuerdan que la habían desechado demasiado pronto.
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