The Show Must Go On (en español "El espectáculo debe continuar") es una canción realizada por la banda de Rock británica Queen dentro de su álbum Innuendo lanzado en 1991. Aunque está firmada por el grupo, fue escrita por Brian May para Freddie Mercury quien se encontraba en sus últimos meses debido a que padecía la enfermedad del sida.
En la canción se habla sobre un inminente final pero que, como dice el título, el espectáculo debe continuar, preparando a los fans para lo que estaba por venir. La canción creó especulaciones entre la prensa sobre si verdaderamente Freddie tenía sida, sospecha que se tenía desde finales de los 80. La canción es considerada por muchos como una de las más emotivas y poderosas de Queen.
The Show Must Go On fue lanzada como sencillo el 14 de octubre de 1991 en el Reino Unido, 6 semanas antes de la muerte de Freddie. La elección de la cara B resultó un misterio para la época, que dio pie a muchos análisis y especulaciones por parte de los fans, que aún no se han podido confirmar o desmentir. El tema de Brian May Keep Yourself Alive (Mantente vivo), del LP de debut de 1973, había sido el primer sencillo de Queen, por lo que emparejarlo con The Show Must Go On pudo deberse a que el grupo sabía que sería el último sencillo con Freddie. Aunque totalmente plausible, nunca se ha confirmado. Independientemente a las especulaciones, en efecto, el último sencillo editado con Freddie estuvo acompañado de su primer sencillo, Keep Yourself Alive, en la cara opuesta. La fusión de las dos canciones encajaba a la perfección y alcanzó el puesto 16 en las listas del Reino Unido.
Después de su fallecimiento, el sencillo volvió a ingresar en los charts británicos alcanzando el puesto #16. En Estados Unidos, la canción llegó al puesto #2. La canción fue interpretada por Elton John y Tony Iommi durante el Concierto en Tributo a Freddie Mercury y años más tarde en una presentación especial que la banda hizo para un espectáculo de Ballet, que incluía música de Queen para su repertorio, dirigido por el coreógrafo Maurice Bejart, apareciendo en el recopilatorio Greatest Hits III. La canción aparece y forma parte de la banda sonora de la película Moulin Rouge!
Está considerada como un homenaje a Pink Floyd. La banda británica ya había grabado una canción del mismo nombre en 1979 (en el famoso álbum "The Wall"), y la canción de Queen comienza con la frase "Empty Spaces", al igual que otra canción de "The Wall".
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